Asesoría contable para empresas y personas. Mantén tus finanzas ordenadas, cumple con tus obligaciones y toma decisiones seguras con apoyo profesional.
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La experiencia con los impuestos ha sido positiva al mantener la empresa al dia y disponer de información real para medir el crecimiento.
El servicio de acompañamiento contable nos ha permitido tener estabilidad financiera ayudando a planificar mejor el futuro de la empresa.
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No saber si estás obligado es uno de los mayores riesgos. La DIAN establece límites anuales para ingresos, patrimonio, compras y consignaciones. Si cumples con alguno de estos, debes declarar. Si lo haces fuera de las fechas límite, te expones a multas y a la posibilidad de que tus finanzas sean revisadas a fondo.
A menudo se cometen errores por desconocimiento de las deducciones, exenciones y las bases gravables. Un error en un cálculo hoy puede generar un pasivo que la DIAN te cobrará más adelante, con intereses y sanciones. La única forma de tener certeza es con una validación experta.
Los documentos son tu única defensa. Si un gasto o una deducción no está debidamente soportado con la factura o el certificado correcto, la DIAN puede desconocerlo. Esto no solo aumenta los impuestos a pagar, sino que también genera desconfianza sobre el resto de tu información financiera.
El régimen que elijas para tu actividad (por ejemplo, Régimen Simple) tiene un impacto directo en tus impuestos y obligaciones. No estar en el régimen correcto te puede llevar a pagar de más, o peor aún, a incurrir en faltas que la DIAN puede sancionar. Un análisis de tu actividad es vital.
Muchos contribuyentes tienen saldos a favor por retenciones de impuestos que se les han hecho. La devolución es un derecho, pero un proceso complejo. Si cometes un error en el formulario o en la documentación, la DIAN puede rechazar tu solicitud y, en algunos casos, iniciar una investigación.
La DIAN utiliza cruces de información para detectar inconsistencias. Si tus ingresos no coinciden con tus gastos, si tus activos crecen sin justificación, o si las transacciones en tus cuentas no cuadran con tu Declaración de Renta, puedes estar alertando al sistema y exponiéndote a una auditoría.
La mayoría de los empresarios solo se enteran de que su contabilidad está mal cuando reciben una auditoría o un requerimiento de la DIAN. La única forma de saberlo es a través de revisiones periódicas, verificando la correcta aplicación del Plan Único de Cuentas (PUC) y el cumplimiento de las NIIF. Sin un control adecuado, tu empresa podría estar acumulando errores que se convertirán en multas costosas.
Un gasto es deducible solo si está perfectamente documentado. Si tus comprobantes de egreso están incompletos, si no tienes la factura correcta o si el pago no es claro, la DIAN puede desconocerlo. Esto aumenta tu base gravable y te obliga a pagar más impuestos de forma retroactiva.
La mayoría de los comerciantes en Colombia, ya sean personas naturales o jurídicas, están obligados a llevarla. No saberlo no te exime de la ley. No llevar una contabilidad formal te expone a multas y a la imposibilidad de sustentar tus finanzas ante cualquier entidad, incluyendo bancos y socios.
La única manera es que un experto valide la correcta aplicación de estas normas. Si tu contabilidad no se rige por las NIIF, tus estados financieros no reflejan la realidad de tu negocio, perdiendo credibilidad para tomar decisiones, acceder a créditos o atraer inversionistas.
La liquidación del IVA es un proceso complejo. Un error en un cálculo o la incorrecta aplicación de una tarifa puede generar un pasivo oculto para tu empresa, una deuda que crecerá con intereses y sanciones. Solo una revisión minuciosa te puede dar la tranquilidad de que estás cumpliendo a cabalidad.
El flujo de caja es más que solo el dinero en el banco. La contabilidad de causación, obligatoria por ley, te muestra lo que realmente debes y lo que te deben, dándote una visión completa de la salud financiera de tu negocio. Si no la utilizas, estás navegando a ciegas.
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